- Sé valiente -dijo-. En la vida, en el amor y en el sexo.
La gente olvida que debe pedir caricias y besos. No pienses nunca que ese es el coto de tu pareja del momento. Ojalá entendieras que hay que despenalizar acciones que se realizan con el sexo.
Una caricia, un beso, solicitar el calor de una mano en el ombligo no deben ir acompañados con el sentimiento de que eso provocará o derivará en sexo.
Un abrazo no debe ser de diez segundos, ni de treinta, puede durar ocho minutos si es necesario. Acariciar un cuerpo no debe suponer siempre sexo. Debes apreciar la caricia como parte de tu vida. Despenalizarla en tu vida.
Al igual que ríes del chiste de alguien y aceptas que sus palabras generan en ti un sentimiento de felicidad, tampoco debes temer decirle a alguien que su piel, sus ojos, su boca te generan otro sentimiento. Hay que despenalizar acciones del sexo, llevarlas a la vida real, a la cotidianidad, y jamás enlazarlos con el sexo sino con el vivir.
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