La sociedad -suciedad- está corrupta. Todo es un reflejo lleno de barro de lo que somos.
Nos convertimos en el chiste de nuestros ancestros. Como una viñeta de cómic en la sección de humor del magacín dominical.
No se aprecia la belleza, no se aprecia el arte. No se valora la inteligencia, la sensibilidad.
A nadie le importa la igualdad, somos seres egoístas. Y ningún dios va a venir a rescatarnos, nos ahogamos en nuestro propio diluvio.
Nuestro sistema digestivo está estreñido con tantas pantallas cuadradas que nos nublan la visión.
Nuestros hijos nacen deformes, fruto de la enfermedad de nuestras mentes, el virus de la ceguera provocada.
No existe cura.
jueves, 4 de febrero de 2016
La sucia sociedad
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