Esta noche soñé que me tatuaba un símbolo egipcio en el dedo. Todo era extrañamente real. El olor del estudio de tatuajes, la voz del artista, el sonido de la máquina.
Pero me desperté por la mañana viendo que todo había sido un sueño, excepto por la marca negra que tengo en este dedo. No sé qué es ni cómo me ha salido. Y, sin embargo, su forma me recuerda a una pirámide. A una pirámide egipcia.
Dicen que los sueños, a veces, se hacen realidad, ¿no?
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