lunes, 18 de enero de 2016

Desidia

Últimamente sólo me dejo llevar, vivo por inercia.
Todo es una constante rutina negligente, vida de desidia.
No puedo ver más allá de los colores primarios. Las nubes son sólo vapor de agua. Percibo la música como ruido constante.
Siento el fin demasiado lejos.
El sol y las sombras desaparecen y sólo existen siluetas de lo que éramos. No hay profundidad. Somos personajes planos.
Ya no siento el mundo latiente, y la sangre que creía caliente, poco a poco se para, congelada.

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